Las primeras arrugas

Esta mañana al mirarme al espejo me he visto unas pequeñas arrugas en la cara. Y si fruncía el ceño o la boca, aparecían más (¡pero quién me manda a fruncir tales cosas!).
Y ahí estaban, las muy pérfidas, anunciando el paso de los años.
Así que decidí acercarme a comprar una de las llamadas cremas antiarrugas, por si acaso esas cosas que me habían salido por la mañana (juro que ayer no las tenía) decidían ir a más.

-Buenas –le dije a la dependienta-, me han salido unas arrugas en la cara (y se las enseñé), y vengo a preguntar si hay algo para ellas. Para que se quiten –aclaré, no fuese que la chica lo malinterpretase y me diese algo para multiplicarlas-.
-Son las líneas de expresión –me dijo (y yo que creía que las líneas de expresión eran foros en donde uno se explayaba sobre cualquier tema y no estas cosas que ahora tenía en la cara)-, y una crema antiedad te puede ser de utilidad.
-Bien –dije-, me llevo una de esas.
-Tenemos crema de día y de noche.
-De noche generalmente estoy dormida y no me las veo –le dije-, así que me llevo la de día
-Sirven para cosas distintas.
Y comenzó a darme una serie de explicaciones que a mí me sonaban a hebreo.
-Las dos, me llevo las dos –dije con la esperanza de que se callara, pero fue en vano-.
-Aunque esta de aquí –dijo, como si de verdad estuviese sopesando los beneficios de la crema- tiene vitaminas.
-¡Ah chingá! –dije-, pero esto se come o se embadurna.
-No, esto se aplica en la cara, pero viene enriquecido con vitaminas.
Creo que la cara que puse fue la causante de que me soltara otra “breve” explicación de tan maravillosa crema.
-No –le dije-, me llevo la otra, que de mi dieta ya me encargo yo.
-Tenemos esta –siguió ella, como dejándome a mí de lado- que tiene protección solar.
-La protección solar viene bien –le dije-, aunque la quiero solo en la de día, porque generalmente por la noche no suelo exponerme al sol.
-Aunque por tu tono de piel quizá prefieras una con un toque de maquillaje. También tendríamos que mirar cómo es tu cutis, si es graso, normal…
¡Por Dios, además de vieja, tener que pasar por esto!